9.11.06
PARTICIPÁ JUGANDO
Tenés que escribirle un final a esta historia:

La carta misteriosa

Esta es una carta que recibimos hace unos días. Leéla atentamente, te va a sorprender.
A quien lo lea:
Es muy importante que la persona que lea esta carta no se asuste, porque esta historia puede cambiar su final de acuerdo a lo que usted haga con ella.
Soy médico y trabajo desde hace dos años en el hospital de un pueblito de pocos habitantes en el norte del país. La verdad es que antes de lo que pasó tenía tan pocos pacientes que me aburría mucho y quería irme, pero bueno... En realidad, hoy me arrepiento de no haberme ido cuando pude…
Hace un mes, cosas extrañas empezaron a pasar en el pueblo. El Comisario Pérez llamó a todos los médicos del hospital a una reunión de urgencia, algo de lo que no se tenían registros desde la epidemia de fiebre amarilla del siglo XIX, según me dijeron mis compañeros. Todos estaban muy alterados, pero yo no tenía tanto miedo, al contrario, tenía curiosidad:
La cuestión era que varios niños que habían estado internados por una gripe, habían muerto repentinamente y se les había encontrado misteriosamente un tajo a la altura del corazón, a todos igual. Al Comisario se lo notaba muy nervioso, tanto que de su frente caía una catarata de sudor que hasta a mí me ponía mal. Ahí me di cuenta:”Esto es en serio”, me dije. Inmediatamente, me ofrecí a hacerles las autopsias a los chicos, pero, para mi sorpresa, ninguno demis colegas lo hizo conmigo
Sin embargo, después de haber analizado detenidamente los cuerpos y haber recibido las muestras que había mandado al laboratorio, entendí el susto de mis compañeros; un frío recorrió mi espalda: un tipo inusual de virus fue encontrado en el interior del corazón de todos los niños y desde allí se había extendido al resto de sus cuerpos y les había causado la muerte. Como los efectos de este virus eran desconocidos para mí, le mandé las muestras a un amigo de una ciudad cercana para que lo investigara y me explicara bien de qué se trataba..
Una semana después…
Una semana después, me llamó agitado y me pidió que me apresurara a su oficina. Cuando me informó lo que había provocado la muerte de los chicos, un frío volvió a correrme por la espalda… El virus encontrado, junto con otros similares, había sido encontrado hace muchos años en Roswell, EE.UU., ciudad donde décadas antes se habían encontrado restos de una nave extraterrestre.
Yo no podía creer lo que me decía, no sabía qué decirle ni qué hacer, me lo dijo tan en serio que no dudaba de ello. Pero, ¿cómo había llegado hasta este pueblito?, ¿por qué había infectado a esos niños?, ¿cómo lo había hecho?
Después de este descubrimiento, viajé más rápido que nunca al laboratorio del hospital.
En el laboratorio…
Me pasé semanas investigando, buscando información en Internet en las bibliotecas más prestigiosas y completas del mundo, y averigué que este virus era muy parecido a otro encontrado en el fondo del Océano Atlántico en el mismo momento en que ocurrió lo de Roswell, y que además, éste había causado la muerte de muchas especies de peces que habían tragado esa agua infectada.
Pasaron dos meses de intensa búsqueda y experimentación. Yo empezaba a sentirme cansado, con dolores de cabeza, fiebre, dolor de estómago por no comer, pero no podía darme el lujo de parar; era la vida de mucha gente la que estaba en juego.
Pasaron dos meses de intensa búsqueda y experimentación. Yo empezaba a sentirme cansado, con dolores de cabeza, fiebre, dolor de estómago por no comer, pero no podía darme el lujo de parar; era la vida de mucha gente la que estaba en juego.
Sorpresivamente, un día me desperté en una cama del hospital me habían encontrado desmayado en el laboratorio dos colegas míos y mi estado era grave; debía quedarme internado por un tiempo hasta saber qué tenía.
Durante la internación…
Durante la internación me enteré que el virus que yo había investigado no sólo infectaba al beber algo contaminado con él, sino que también se transmitía al tocar algún elemento con el que estuviese en contacto. Pero eso no era lo peor… hoy recibí un cassette de mi amigo, el que había analizado las muestras, que decía con voz agonizante:
“Esto es un desastre…
el virus está expandiéndose por el Atlántico…
ya llegó a las costas de EE.UU.
…en pocas horas estará circulando en ese país…
esto va a ser una masacre.”
Ahora estoy en mi casa, acostado, esperando que llegue mi hora final…

Una vez que escribas tu propio final entrá al Libro de Visitas y enviálo

ENVIÁ TU FINAL A: sandra.esc.17@gmail.com

 
posted by hacedoradeblogs at 10:58 p. m. | Permalink |


0 Comments: